El coronavirus provocó en el segundo trimestre de 2020 una pérdida de horas de trabajo equivalente a 495 millones de empleos y desplomó este año el salario de los trabajadores en 3,5 billones de dólares, con Latinoamérica como una de las regiones más afectadas, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este nuevo informe sobre los efectos de la pandemia en el mercado laboral global, el sexto que elabora el organismo de la ONU para el empleo, empeora las cifras del anterior, realizado de junio, en el que la pérdida de empleos se había cifrado en el equivalente a 400 millones, siempre comparando con cifras del año anterior.
Los 495 millones de empleos ahora calculados, que suponen una pérdida del 17,3% de las horas de trabajo, podrían moderarse en el tercer y cuarto trimestre, pero la OIT aún prevé en esos periodos descensos equivalentes a 345 y 245 millones de empleos respectivamente.
El eje de estos cálculos -según la OIT-, es la situación de las economías en desarrollo y emergentes, en particular en el sector informal, que se ha visto mucho más afectado por la pandemia que otras actividades económicas.
Latinoamérica es la más afectada en términos relativos, con una pérdida de horas de trabajo en el segundo trimestre del 33,5% (equivalente a 80 millones de empleos) que seguirá siendo alta en el tercero, hasta el 25,6% (60 millones de empleos), según la organización con sede en Ginebra, Suiza.
En términos absolutos, la mayor pérdida de horas de trabajo se dio en el sur de Asia, donde equivalió a 170 millones de empleos en el segundo trimestre y aún llegará a 115 millones en el tercero de acuerdo con las previsiones de la OIT, informó la agencia de noticias EFE.
El informe no contiene información pormenorizada de cada país, pero sí destaca que la pérdida de horas de empleo en España rondó 6%, mientras en países como Estados Unidos o Brasil llegó a 10% y en muchas naciones latinoamericanas (México, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica) estuvo en la franja de 20%.
Más dramático fue el caso de Perú, uno de los países con más casos de Covid-19 en el planeta y con un alto predominio del empleo informal, donde se calcula que la pérdida interanual de horas de trabajo superó el 50% entre abril y junio.
Todas estas pérdidas en horas de trabajo se tradujeron en el mencionado descenso global en los ingresos laborales de 3,5 billones de dólares (un 10,7% interanual).
El informe de la OIT también analiza la participación estatal y las medidas de incentivo fiscal ordenadas por distintos gobiernos para mitigar estos efectos adversos de la pandemia en el mercado laboral, y concluye que por cada uno por ciento del PBI utilizado en estas políticas puede lograrse un descenso del 0,8% en la pérdida de empleos.
Estas medidas, lamenta la OIT, se concentraron especialmente en los países desarrollados, debido a la limitación de recursos en los países emergentes y en desarrollo, pese a que éstos fueron más golpeados por su predominio del empleo informal y lo mucho que éste se ha visto afectado por la crisis sanitaria.
Los países en desarrollo deberían invertir 982.000 millones de dólares adicionales en total para conseguir los mismos efectos paliativos de las medidas adoptadas en las naciones más ricas.
“Al tiempo que redoblamos esfuerzos para vencer al virus, debemos adoptar medidas a escala lo antes posible para paliar sus efectos en los planos económico, social y laboral“, opinó en la presentación del informe el director general de la OIT, Guy Ryder.