La inflación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se situó en el 2,2% durante octubre, manteniéndose estable en comparación con el mes anterior. La variación del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA) se debió fundamentalmente a los incrementos en las siguientes divisiones: vivienda, agua, electricidad y gas; alimentos y bebidas; transporte y salud. De esta manera, la inflación acumulada asciende al 25,3% y la variación interanual se ubica en el 33,6%.
Asimismo, en el transcurso de octubre, los bienes registraron un aumento del 2,2%, superando el incremento del 2,1% observado en los servicios. Por su parte, los precios regulados mostraron un alza del 1,9%, destacándose los ajustes en los valores de las cuotas de la medicina prepaga, los combustibles y los aranceles educativos. Los precios estacionales promediaron un incremento del 2,8%, impulsados principalmente por las subas en paquetes turísticos, frutas y prendas de vestir.
Según informes oficiales, “la dinámica mensual de los bienes se explicó fundamentalmente por los incrementos en los precios de los alimentos (especialmente panificados, frutas y carnes), los combustibles y lubricantes, las prendas de vestir y los automóviles”. En cuanto al comportamiento de los servicios, este reflejó principalmente los aumentos en los valores de restaurantes, bares y establecimientos de comida, los alquileres y los gastos comunes de la vivienda.
La economista jefe de la consultora Epyca, Florencia Florentín, señaló en diálogo con Ámbito que “en primer lugar, al igual que a nivel nacional, los rubros que se encuentran por encima del promedio son los servicios, como resultado de la apertura comercial y la apreciación cambiaria”. En segundo lugar, destacó la importancia de que los indicadores (más allá de la coincidencia de rubros) sean similares a los últimos publicados por el INDEC.
“No se observan valores muy por encima ni muy por debajo del promedio, lo que indica estabilidad y convergencia de precios relativos”, afirmó. No obstante, aclaró que “los estacionales arrojaron un valor superior a los regulados, lo que demuestra que persiste cierta inercia inflacionaria. Y, obviamente, el resultado general por encima del 2%, tal como se esperaba, evidencia la dificultad para perforar dicho porcentaje”.

