“No se puede creer el penal que cobraste. No se puede creer el penal que cobraste”. Dos veces, con gestos elocuentes, Ramón Abila le gritó a Nicolás Lamolina un instante después del gol de Alejo Véliz. El VAR se descompuso y el hijo de Pancho cobró una infracción inexistente de Leonel Picco sobre Damián Martínez. Ocurrió a los 7 minutos del segundo tiempo, cuando Colón ganaba 1 a 0 con un golazo de Eric Meza.
Al salir para disputar el segundo tiempo, después de un cero a cero sin emociones en el primer tiempo, Lamolina les explicó a Jorge Broun y Facundo Garcés, los capitanes de ambos equipos, que se reportaban problemas desde Ezeiza. Frente a los monitores, Ariel Penel y Ariel Suárez advirtieron que se había caído la señal.
Como indica el protocolo, el árbitro advirtió el problema y les dio a elegir a los futbolistas la opción de jugar o suspender el partido. El arquero y el marcador central aceptaron continuar.
Entonces, arrancó el complemento con mayor intensidad. Ramón Abila combinó con Facundo Farías y el pibe habilitó a Meza, que entrando a la carrera sacó un bombazo de derecha inatajable para Broun.
Al ratito, Martínez encaró como casi todo el partido por la derecha. Se metió en diagonal, superó a Rafael Delgado y encaró a Picco, el volante intentó frenarlo, pero en ningún momento tomó al lateral derecho, que se desplomó. Lamolina marcó el punto del penal. Y estalló la polémica.
Picco pidió el VAR con el gesto típico de los árbitros, dibujando un cuadrado en el aire como si se tratara de una pantalla. “No se puede jugar sin VAR”, bramaba Wanchope, al tiempo que Garcés, que había aceptado disputar el segundo tiempo “a ciegas”, retiraba al cordobés de la escena.
Hubo tres tarjetas amarillas. Lamolina amonestó a Picco por la inexistente falta que cobró, a Garcés y a Baldomero Perlaza, ambos por protestar.
Tres minutos después, Véliz se hizo cargo del penal. Y no falló ante Ignacio Chicco. Los reclamos continuaron, claro.
“No hablo más. Acabo de ver la jugada. Fíjate que le pega la pelota y ni lo toca. Pero bueno…”, dijo Néstor Gorosito en la conferencia de prensa. Y completó: “Por más que uno hable, casi todos los entrenadores dicen algo y pasa lo mismo. Es al pedo. Yo no puedo hacer nada. Tengo que entrenar a mi equipo y tratar de mejorar. Que no nos cobren lo que no pasa”.
“Tuvimos un montón de partidos para ganar y no ganamos por motivos ajenos al equipo. No voy a hablar más, que hablen los dirigentes”, sentenció Pipo.
En el mismo sentido se pronunció Garcés. “Cobró cualquier cosa, ya es la segunda vez que nos pasa con este árbitro. Fue una vergüenza”, dijo el zaguero. La referencia del capitán santafesino tenía que ver con el partido que jugaron Independiente y Colón en Avellaneda. Aquel encuentro (empataron 2 a 2), Lamolina cobró un penal de Carlos Arrúa a Luciano Gómez por una infracción que sólo fue producto de la imaginación del juez.
“El árbitro nos mintió en la cara porque nos dijo que la estaban analizando y el VAR no funcionaba”, enfatizó.
“Es una vergüenza. Uno viene peleando el descenso (sic) y nos meten la mano en el bolsillo. Duele”, se quejó Picco, protagonista de la acción que derivó en el error del árbitro.
“No lo toqué en ningún momento. Te sentís estafado, te sentís robado… hay que seguir comiendo mierda, no nos queda otra”, agregó el volante, muy enojado.
“Te da por las pelotas esto… la situación se comió al árbitro y empezó a cobrar cualquier cosa”, cerró Picco cuando se retiraba de Arroyito. Caliente como el partido, como todo Colón.