Siete días después de que The Economist publicara una fuerte columna editorial sobre la situación económica argentina en el que advirtió sobre un futuro gris tras las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, la revista inglesa volvió a abordar la realidad nacional con un lapidario informe en el que habla de la crisis interna que atraviesa el Frente de Todos con la renuncia de Máximo Kirchner como máximo exponente. Y allí sentenció: “El FMI sabe que el gobierno de Alberto Fernández es débil”.
El artículo “Bello Argentina’s Peronists squabble over an agreement with the IMF” (Los peronistas de Argentina se pelean por un acuerdo con el FMI, en español) enfatiza en los “canales que se unen y luego se separan nuevamente” al describir las críticas dentro de la filas del propio oficialismo al entendimiento anunciado el viernes pasado.
La revista ilustra el artículo con un barco en forma de billetera en medio de la marejada y comienza el texto describiendo el delta del río Paraná, por el que transita el grueso de las exportaciones del país, como una metáfora del laberinto de canales y corrientes cruzadas que se juntan y separan constantemente. Según The Economist, como en el peronismo.
“El poder, o su perspectiva, (del peronismo) lo une. Pero en la adversidad sus corrientes constituyentes a menudo toman rumbos diferentes, como lo muestra esta semana una disputa sobre una propuesta de acuerdo con el FMI”, afirma la revista en su nueva publicación.
En la nota se hace un breve repaso histórico hasta llegar a este momento: cuenta que Alberto Fernández demoró dos años en realizar un acuerdo de un préstamo del Fondo tomado por su predecesor de “centroderecha”, Mauricio Macri.
Allí la revista inglesa hace un análisis: “La reticencia a acordar en parte es ideológica: Cristina Fernández de Kirchner, la vicepresidenta y líder del ala populista de izquierda del peronismo, ha hecho carrera política culpando de los problemas de su país, principalmente auto infligidos, al FMI y el ‘neoliberalismo'”.
“También es económica: a cambio de su dinero, el Fondo quiere que la Argentina emita menos, tenga déficits más pequeños y termine con la brecha cambiaria. Eso implica un ajuste de corto plazo para obtener avances a mediano plazo en un país cuya economía no se ha recuperado plenamente de la pandemia y donde cuatro de cada 10 personas viven en la pobreza”, ahonda el texto.
En otro tramo, The Economist advirtió que “el FMI sabe que el gobierno de Fernández es débil y enfrenta elecciones el próximo año”.
El análisis sostiene que el organismo internacional ya reconoció que “cometió errores en el crédito de 2018 al gobierno de Macri”, pero cree también que “un acuerdo subestándar es mejor que un default”.
“Pero cualquier acuerdo formal debe ser aprobado por el Congreso -advierte el informe- en virtud de una ley aprobada el año pasado. Los kirchneristas parecen empeñados en votar en contra. El gobierno debe depender de la oposición o eludir la votación con un decreto de emergencia”, apuntó la publicación.
La razón de Máximo Kirchner y el peronismo de sequía
Es entonces que recuerda que todavía el directorio del FMI debe aprobar los detalles, pero que a pesar de esto el plan ya fue rechazado por los kirchneristas y menciona la renuncia de Máximo Kirchner como líder del bloque oficialista en la Cámara Baja del Congreso.
Y le da un argumento válido al hijo de la vicepresidenta. “Máximo Kirchner tiene razón en que el acuerdo es más duro de lo que sugiere el Gobierno. Requiere una reducción del déficit fiscal al 2,5% del PBI este año, habiendo sido del 3% el año pasado. Y luego exige una reducción al 1,9% en 2023”, detalla.
“El problema para Fernández es que el déficit el año pasado se vio reducido por ítems aplicados por única vez, incluyendo un impuesto a la riqueza que ya no rige y un salto temporario de los precios de las commodities agropecuarias de la Argentina, y, por tanto, en los ingresos por impuestos a las exportaciones”, agrega.
Y va más allá. “Sin cambios, el déficit de este año quizás alcanzaría el 4,5% del PBI. De modo que el Gobierno debe reducir su gasto en dos puntos del producto, probablemente reduciendo los subsidios para el consumo de electricidad y gas, y permitir que la inflación (del 51%) erosione el valor de las jubilaciones”, sostiene la publicación.
Para el final deja en claro un panorama desolador para el país: “Incluso si Fernández consigue su trato, el país simplemente permanecerá inactivo. La próxima elección parece ser la de la oposición para perder. Pero dirigir la economía hacia un canal de alta velocidad requiere que la nación enfrente algunas verdades duras. La sequía del año pasado dejó al Paraná peligrosamente poco profundo. El peronismo parece estar en el mismo estado”, sentenció.
En medio de ese cierre, la publicación inglesa dejó una frase durísima con el oficialismo que encarna Fernández de cara a su futuro: “El kirchnerismo solo tiene retórica para ofrecer a los argentinos”.