Todo el arco político y los analistas económicos marcan como punto neurálgico para comenzar a salir de la crisis a la negociación con el FMI, que ha traído cimbronazos políticos dentro del oficialismo. Con la economía condicionada, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, habló de cambios estructurales, del dólar, la brecha cambiaria y cómo sigue la negociación con el Fondo.

Pesce participó en la 27° “Conferencia Industrial: Exportar Valor Argentino”, de la Unión Industrial Argentina (UIA) y, en ese escenario, sostuvo que el Banco Central participa en la negociación con el organismo internacional. “Yo seré firmante de la carta de intención”, explicó.

“Se está trabajando intensamente para llegar a un acuerdo. No estamos tratando con la lógica del FMI de los años ’80 donde las exigencias eran recesivas para generar superávit en la balanza comercial. Hay comprensión sobre los problemas de pobreza que tiene nuestro país y que cualquier proceso recesivo traería serios problemas sociales y políticos a nuestra economía”, alertó el funcionario.

En su exposición, sumó un elogio algo impensado al FMI. “Era clásico en los programas del Fondo pedir que los países provocaran saltos cambiarios al inicio de los programas, y eso no está presente en la negociación que estamos teniendo”, enfatizó.

Luego dijo que “la Argentina siempre sorprende”. “Este año teníamos previsto, y así lo dijo el presupuesto que se presentó al Congreso en septiembre, que la economía iba crecer un 7% este año y nuestras estimaciones dan más del 9%”, se envalentonó.

“Esto cambia el eje de discusión que veníamos teniendo por la representatividad en términos de producto de los agregados fiscales. Y también por los efectos en la recaudación. Esta es la discusión y esperamos llegar a un buen resultado en esa negociación con el FMI”, concluyó al respecto.

Sin “racionalidad”
Respecto del valor del dólar, Pesce se refirió a la brecha cambiaria del más el 100% y aseguró que “alguien esté dispuesto a formar activos externos pagando $200 por dólar es algo que no sé qué racionalidad tiene”.

“Es un tipo de cambio que no guarda racionalidad”, insistió. Y enumeró: “El mercado oficial de cambios opera entre 800 y 1.000 millones de dólares diarios; el mercado de títulos contra moneda extranjera opera 40-60 millones de dólares diarios como mucho; y el dólar ilegal no opera ni millones de dólares diarios”.

“Entonces, el tipo de cambio es donde se hace el 99% de las operaciones cambiarias de nuestro país”, lanzó como conclusión.

Pesce recordó que cuando inició su gestión en el organismo bancario creía que el tipo de cambio “no estaba atrasado, que permitía una balanza comercial y cambiaria apropiada”.

“En el momento de aceleración inflacionaria, a principio de este año, entendimos que podíamos colaborar cambiando el paso devaluatorio para evitar la aceleración inflacionaria. Creo que la evolución del tipo de cambio este año cumplió con ese rol”, continuó.

Y dijo: “Puedo enunciar nuestra visión estratégica, no la visión táctica; en la medida que lo permita el proceso inflacionario vamos a cambiar el paso devaluatorio que hemos tenido hasta ahora”.

“Estamos en una balanza donde por un lado tenemos que mirar el tipo de cambio competitivo y, del otro lado, el proceso inflacionario. Esto es lo que vamos a hacer hacia adelante”, estimó.

Dos temas estructurales
Según Pesce, existen dos temas que “no están en la agenda política” y que son la clave para salir adelante. “Uno es el incremento de las exportaciones y el otro el tema del desarrollo del mercado de capitales y del sistema financiero en nuestro país. Si no introducimos estos dos temas en la agenda política va a ser muy difícil poder resolverlos restantes problemas que tiene nuestro país”, sentenció.

“Desde el año ’53, la Argentina viene chocando en su crecimiento con la restricción externa. Recurrentemente hemos chocado contra ese límite, pero en el último tiempo se ha presentado una característica especial: ha habido una fuerte caída en nuestras exportaciones desde el año 2011 en adelante”, comenzó su explicación.

Pesce sostuvo entonces que la Argentina tiene una tradición en el manejo de sus finanzas, especialmente las externas, “que no la prestigian” y tiene que respaldar su balanza cambiaria y de pagos en el comercio internacional.

“Tenemos esperanzas en este sentido, no sólo por el crecimiento que ha habido este año de las exportaciones totales, sino que, desde nuestro modo de ver, la política para incrementar las exportaciones y cómo mejorar nuestra balanza comercial ha cambiado, de hablar de sustitución de importaciones ahora estamos hablando de localización de producción. Creo que es un mejor concepto que el que teníamos hace algunas décadas”, agregó.

Y sostuvo que se necesitan “90 mil millones de dólares de exportación para poder poner un horizonte largo”.

Respecto de la inflación, aseguró que resolver el problema de la restricción externa “también va a contribuir a resolver otro problema estructural de la Argentina, que es el inflacionario”.

En contraposición a la idea de que se necesita de la inversión extranjera para crecer, a su forma de ver, “la Argentina es un país que tiene una alta capacidad de ahorro”.

“El Banco Central tiene esterilizados, a través de las Leliq y de los pases, 4.4 billones de pesos. Estamos hablando de 44 mil millones de dólares. Los plazos fijos de más de 20 millones de pesos este año han crecido en el orden del 60%, los plazos fijos totales en el orden del 50%”, enumeró.

Y continuó_”No cabe duda que esto tiene que ver con la restricción externa, pero hay un fuerte desafío de que nuestro para que el mercado de capitales pueda transformar ese ahorro en inversión productiva y financiamiento también a las familias”.

“Es alentador lo que está pasando en el mercado de capitales, pero creo que no es suficiente. Creció fuertemente este año, creció el año pasado en el financiamiento total y Pyme, pero hay que poner un esfuerzo adicional en este sentido. Si no logramos desarrollar nuestros mercado de capitales, esos 4.4 billones de pesos que tiene esterilizado el Banco Central, va a ser muy difícil que la economía pueda digerirlos”, explicó.

By Matias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *