Un centenar de vecinos participó este domingo de un festival denominado “Salvemos al Luisa” que se organizó en el barrio porteño de Balvanera, con el fin de recaudar fondos para adquirir el teatro “Luisa Vehil” y poder dar continuidad a las actividades sociales y culturales que se realizan en el lugar.
En el evento participaron una decena de artistas, como cantantes, bailarines, literatos y payasos, tanto de Balvanera como de otras zonas del gran Buenos Aires, con la iniciativa de apoyar el accionar de los vecinos que pretenden adquirir el teatro Luisa Vehil, fundado por la actriz fallecida Luisa D´Amico en 1988 y que fue reconocido por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires como “sitio de interés cultural”.
El teatro, ubicado en la calle Hipólito Yrigoyen 3133, tiene dos pisos y allí se realizan obras de teatro, talleres de arte y también funciona como centro de debate barrial.
La iniciativa fue elaborada por el grupo barrial y distribuida entre los diputados para que acompañen la creación del “Distrito Cultural, Educativo y Deportivo”, dentro del polígono delimitado por las avenidas Belgrano, Jujuy, Rivadavia y la calle Sánchez de Loria.
En el lugar, muchos vecinos del barrio aportaron para apoyar la iniciativa. Algunos volantearon, mientras que otros vendieron bebidas calientes y postres.
“El objetivo del festival es tratar de salvar al teatro y para eso debemos juntar 300.000 dólares”, afirmó Juan José, uno de los vecinos participantes de la iniciativa.
El teatro se encuentra en venta y los vecinos del barrio tienen tiempo hasta el 7 de octubre de este año para poder presentarle una oferta a los herederos de D´amico, quienes poseen la titularidad del predio.
Por su parte, Rubén Hernández Miranda, presidente del Teatro Luisa Vehil, señaló a Télam que la iniciativa comenzó en marzo pasado y buscan que cada vecino “pueda aportar un dólar para poder juntar el dinero que necesitamos para comprar el inmueble y así poder salvar el espacio”.
Hernández destacó el rol social que cumple el teatro en el barrio, debido a que “se le brinda a la comunidad desde talleres y seminarios para que se reúnan los vecinos, como también una biblioteca popular abierta al público”
“Este teatro también brinda un espacio para aquellos artistas que no tienen un lugar donde poder desarrollar su arte”, agregó Hernández.
El presidente del teatro remarcó que, a pesar de ser un sitio de interés reconocido por la legislatura porteña, “no recibe un subsidio económico por parte del Gobierno porteño” y agregó que los vecinos “lo hacen todo a pulmón”.
En este sentido, Catalina integrante del grupo de payasos “Arte en Lucha” señaló que el teatro barrial “es una manera de mantener la identidad de la comuna y consideramos que cada barrio y cada comuna tiene su propia identidad y tiene sus propios elementos culturales”.
Durante el evento, algunos vecinos bailaban al ritmo de Chichi Peralta o Vilma Palma, y otros se acercaban a la urna para realizar su aporte monetario a la causa.
A pocos metros, la payasa “Clothet”, integrante del grupo Arte en Lucha, al ritmo de Aprender a Volar, de la cantante Patricia Sosa, caminaba de un lado a otro buscando vecinos y transeúntes casuales para que se acerquen al festival y aporten a la causa.
“La cultura del teatro de barrio significa rescate. Nos da una posibilidad de salir adelante. Yo no sé lo que sería sin el teatro. Esta forma de arte es una manera de sentirse acompañado”, remarcó la payasa Clothet, que continuó con su ardua actividad.
El evento comenzó a las 15, cuando los conductores explicaron el motivo del evento y luego leyeron unos textos del dramaturgo estadounidense Arthur Miller.
Luego, artistas del barrio realizaron sus performances, y homenajearon a diferentes artistas de la cultura popular argentina como Tita Merello, Carlos Gardel o Pappo.
Mientras tanto, dentro del teatro, un grupo de artistas se preparaba para realizar sus presentaciones musicales. Dentro del condominio, Hernández Miranda comentó a Télam que “todo lo que tenemos es gracias a las donaciones de los vecinos” y afirmó que los dueños “no recibieron ofertas para adquirir el edificio”.
“Los hijos de Luisa (D’amico) fueron muy pacientes con nosotros y ellos desean que se mantenga el teatro, por eso nos dan esta posibilidad y tiempo para que lo compremos”, afirmó.
Pese a que la temperatura bajaba, había más vecinos que se acercaron a la fiesta. Allí una bailarina de salsa y bachata, un grupo de teatro uruguayo y un grupo de folklore de Santiago del Estero que provocaron una gran algarabía en el público.
“Nosotros estamos luchando para que el espacio no se pierda”, concluyó Hernández Miranda.