Representantes de las cámaras de transporte automotor de pasajeros del área metropolitana de Buenos Aires serán recibidas mañana a las 11 en el Ministerio de Transporte para analizar posibles respuestas al reclamo por los subsidios que llevó este martes a las empresas a reducir a la mitad las frecuencias de colectivos, lo que causó inconvenientes durante la segunda jornada de las vacaciones de invierno.
Miles de pasajeros de la zona del AMBA hicieron largas filas en las principales estaciones de colectivos y esperaron entre 40 y 50 minutos la llegada de las unidades en las principales terminales como Plaza Constitución y Once, con el agravante de que muchos colectivos no se detenían al llegar cargados de pasajeros.
En Plaza Constitución, el mal humor y el cansancio era el denominador común entre los pasajeros, ya que las demoras en algunos casos llegaron a la hora para tomar un colectivo.
Alberto Pérez, quien esperaba un colectivo que lo llevara a Berazategui dijo a Télam que aguardaba desde hace media hora la llegada del 129
“Estoy muy cansado, trabajé todo el día y lo único que quiero es llegar a casa”, señaló indignado Pérez, quien minutos después cambió su estado de ánimo al observar que el transporte que tanto estaba esperando se acercó a la parada.
Por su parte Irma, quien estaba junto a otros tres pasajeros esperando al colectivo 4, destacó que aguardaba “hace 50 minutos” y que había muchos que no se detenían.
“Fui a otras paradas de colectivos y la situación es la misma. Las personas están cansadas y no saben qué hacer”, remarcó
En la parada del 61, un joven que recién había salido de rendir un examen, señaló que “esperar el colectivo es igual o más estresante que el final que acabo de dar”.
En la estación de Once, el panorama era más desolador. En algunas paradas había más de 70 pasajeros que, indignados por la situación, empezaron a quejarse.
En la parada del 86, en donde había más personas haciendo fila, la situación comenzó a agravarse por la llegada de la noche y el frío.
Lucia es una comerciante que viaja todos los días desde el municipio bonaerense de Cañuelas y afirmó que en un día normal su viaje dura “dos horas”.
“Esta mañana tuve que salir mucho más temprano que antes. Los colectivos que vienen a la ciudad no pasan tan seguido y esta situación agravó más todo”, remarcó.
Y agregó: “Si bien estoy de acuerdo con el reclamo, esto nos afecta a todos los pasajeros porque no solo llegamos tarde a nuestras casas sino que viajamos más incómodos que de costumbre”.
En algunas paradas había hasta cuatro filas de pasajeros de 30 personas cada una
Ricardo, un hombre que vive en municipio de Quilmes indicó que estuvo esperando “una hora” el colectivo. “Este colectivo tarda en condiciones normales pero ahora fue de terror”.