Las encrucijadas características del ‘bimonetarismo’, producidas por la insuficiencia en la generación de divisas y los usos del dólar para necesidades productivas y para satisfacer la demanda de ahorro de los argentinos, implican “una necesidad adicional y altamente costosa para el crecimiento de la producción argentina”, describió un reciente informe que difundió el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).

Elaborado por los economistas Alfredo Serrano Mancilla y Guillermo Oglietti junto a la doctora en Ciencias Sociales Mariana Dondo, el informe planteó que “en la Argentina conviven una moneda nacional y otra moneda internacional con una fortísima presencia en múltiples dimensiones”.

Para los tres analistas, la coexistencia del peso y el dólar “vuelve imposible abordar rigurosamente los problemas de la economía argentina, como inflación, tipo de cambio, escasez de divisas, tasa de interés, deuda interna y externa, estructura desequilibrada productiva, sin entender que el país vive desde hace tiempo un fenómeno estructural como es el del bimonetarismo”.

Oglietti, uno de los autores del trabajo, explicó que el bimonetarismo se caracteriza por “dos fenómenos” que se producen en paralelo, por un lado “la incapacidad de generar suficiente superávit de divisas” y por otro el uso de esas divisas para dos cuestiones que se superponen, “como por ejemplo importar alimentos, insumos o bienes de capital” y al mismo tiempo “satisfacer la demanda de ahorro que quieren los argentinos”.

Este último punto, agregó Oglietti, “es una necesidad adicional y altamente costosa para un país porque si a una economía le sacás semejante volumen de dinero todos los años generás filtraciones al circuito económico que afectan gravemente al crecimiento argentino y, en particular, al crecimiento de la producción”, advirtió.

Por otro lado, el economista advirtió que la encrucijada se agrava por algunas prácticas y conductas habituales de actores económicos de la Argentina, como “la fuga de divisas de grandes empresas y la evasión tributaria”, que también inciden sobre el problema.

Y en ese sentido, profundizó: “Si todo se canaliza en esa moneda, no vuelven los dólares al circuito productivo y ahí es donde tenemos problemas de crecimiento e inflación”.

Al abordar acciones como la remisión de utilidades de grandes compañías o el pago de deuda de las empresas trasnacionales a sus filiales en el exterior, el investigador del Celag alertó que “los esfuerzos exportadores del país” quedan “persistentemente neutralizados por el déficit que genera la balanza de rentas de la inversión”, en razón de “la salida de dólares para remunerar el capital extranjero invertido en el país”.

“La cosecha actual de las privatizaciones y extranjerización de la estructura productiva sembradas en el pasado es que entre un 13 % y un 30 % de las exportaciones anuales deben destinarse a pagar el déficit de la balanza de rentas de la inversión”, remarcó en una frase que aludió al proceso de venta de activos públicos iniciado en los años ’90.

Todo eso, insistió, contribuye a la “escasez de dólares” que a su vez se traduce en inflación, porque “hay menos crecimiento y, por tanto, menos oferta”.

Además, indicó que “la fuga de divisas está provocada en gran parte por la evasión tributaria, por la cual el Estado pierde la capacidad de destruir dinero con el cobro de impuestos, que es en donde gana valor la moneda”, dinero que “va a la demanda de dólares y hace que se deprecie el peso frente al dólar”.

“Hay otros motivos que explican la inflación, pero este es uno de los centrales y es necesario contenerlo”, recomendó.

En el informe de Celag, al describir la actualidad del ‘bimonetarismo’, pusieron el foco sobre “el stock de ahorros de argentinos fuera del sistema local”, al que bautizaron “ColchonBank” y que en 2022 suma “258.077 millones de dólares”, precisaron, “lo que equivale a más de 5000 dólares por habitante, a más de medio PIB y a la inversión de toda la economía de 2 años y medio”.

Este diagnóstico se completa con la existencia del llamado ‘posicionamiento de activos en el exterior’, ya que Argentina, resaltaron, es el único país latinoamericano que es acreedor neto del resto del mundo y uno de los tres países en desarrollo no petroleros que tiene más activos en el exterior que deudas en el extranjero”.

“En 2020 los activos de los argentinos en el exterior superaban a las deudas con el exterior por unos 120 mil millones de dólares”, detallaron en el trabajo.

Finalmente, en el estudio recordaron que en el año 2006 “la Reserva Federal de Estados Unidos estimaba que Argentina lideraba el ránking mundial de tenencia de dólares en billete de papel por habitante”.

By Matias

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