“Pese a haber recibido todos los beneficios posibles para mantenerse bajo bandera argentina, la empresa armadora del buque portacontenedores Piray Guazú decidió pasarse al régimen legal y laboral ofrecido por el Paraguay”, anunció con tono grave el Capitán Julio González Insfrán, titular del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y Cabotaje Marítimo de la República Argentina. “De esta manera se agudiza la fuga de unidades de transporte fluvial que transportan carga en aguas argentinas –incluso con empresas de capital nacional– hacia “banderas de conveniencia”, con la consiguiente pérdida de fuentes de trabajo para las tripulaciones argentinas, pérdida de divisas para la economía local y pérdida de soberanía de nuestro país sobre su logística de exportación”, explicó González Insfrán.
Por eso, explican en el sector, el Centro anunció una medida de fuerza por la que mantiene parado al buque Piray Guazú en el puerto de Corrientes. Luego realizaron una conferencia de prensa para explicar la situación y el reclamo, con la participación del Sindicato de Conductores navales de la República Argentina (SICONARA) y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
Según González Insfrán, “la solución es la sanción de un nuevo régimen fiscal para la flota fluvial argentina”, que cuide la inversión de las empresas locales y suprima las asimetrías que hoy favorecen a “banderas de conveniencia” como la del Paraguay, que cuenta con leyes impositivas y laborales mucho más laxas. “Cuando en 2017 los sindicatos del sector logramos que se sancionara el Poder Ejecutivo lo vetó; sabemos que los gobiernos nos han escuchado, pero hasta ahora nadie ha hecho nada concreto”, afirmó.
En febrero de este año el Ministerio de Transporte de la Nación estableció la prioridad de los buques de bandera argentina por sobre los de bandera del Paraguay para el transporte de cargas generadas en puertos argentinos, lo cual favorece a los pocos portacontenedores como el Piray Guazú, que todavía operan bajo el régimen legal argentino. La medida, tomada en reciprocidad por la reserva de carga que rige en aguas paraguayas (la cual impide navegar allí a buques de bandera argentina), sólo puede ser eficaz en la medida en que se incremente la capacidad efectiva para el transporte de carta bajo bandera nacional.
“El problema son los costos. El aumento del combustible y la carga impositiva vuelca el negocio para la bandera paraguaya. Aquí, una naviera debe pagar 35% de Ganancias, 21% de IVA, 5% de Ingresos Brutos y 25% de cargas sociales. En Paraguay, sólo 10% de Ganancias y el mismo porcentaje de IVA y de cargas sociales. Otro dato: el combustible que cargan los buques de otra bandera no pagan impuestos porque se consideran una exportación; en cambio nosotros pagamos todo. Eso implica una desventaja no menos al 40%. Todos estos datos sirven para explicar por qué los paragayos tienen la mayor flota de cabotaje de la región y nosotros no podemos hacer nada”.
Y concluyó diciendo que “esto no pasa unicamente en los ríos. Tenemos un sólo buque de cabotaje marítimo, uno sólo y eso porque está radicado en Tierra del Fuego y no paga Ganancias”.