La rueda llegó a su fin. Desfilaron muchos nombres, desde Hernán Crespo hasta Leandro Romagnoli, pasando por el siempre mencionado Pipo Gorosito. También sonaron Gabriel Heinze y Alexander Medina. Hubo un acercamiento que parecía positivo con Luis Zubeldía. Se especuló con una nueva fórmula que incluyera al Pipi con un asistente fuerte como Alejandro Kohan. Pero el hombre que se pondrá el buzo de San Lorenzo y tratará de ponerle fin a una seguidilla de ciclos que se diluyeron más rápido de lo previsto y con más pena que gloria, es Pedro Troglio.
De un tiempo a esta parte, las paredes del club son transparentes. Se ve todo lo que pasa dentro de San Lorenzo. Y lo que trasciende, en general, no son cosas buenas. Con la economía desangrando, con dirigentes que se alternan el liderazgo, con los hinchas apuntando hacia Marcelo Tinelli, presidente en uso de licencia, cuestionando la participación de Matías Lammens, el ministro de Turismo y Deportes y ex pope del club, y tratando de encontrar certezas en Horacio Arreceygor, el hombre que tomó las riendas.
A ese contexto, en el que pasaron 12 entrenadores en los últimos cinco años, llega Troglio.
Viene de consagrarse tetracampeón en Honduras con Olimpia, de Tegucigalpa. Llegó al país un día después de la vuelta olímpica, el 24 de diciembre. Y antes de brindar por Navidad rubricó dos vínculos importantes: se casó por civil con su pareja Alejandra Alonso y le dio el ok a Lammens, tras una reunión breve, para asumir en el Ciclón.
A los 56 años, Troglio vuelve al país tras dos años y medio dirigiendo en Honduras. Inició su carrera como entrenador en Godoy Cruz (2003), tuvo tres ciclos en Gimnasia, pasó por Independiente, Argentinos, Tigre, Cerro Porteño (Paraguay) donde fue campeón en 2009 y Universitario (Perú).
Vale un dato para comparar a los protagonistas del nuevo vínculo. Cuando Troglio asumió en Olimpia a mediados de 2019, a San Lorenzo todavía lo dirigía Jorge Almirón. Mientras Pedro cumplió su ciclo en Honduras y ganó 4 títulos, por el banco del Ciclón pasaron Juan Antonio Pizzi, Diego Monárriz, Leandro Romagnoli, Mariano Soso, Diego Dabove y Paolo Montero. Seis entrenadores distintos, más el último interinato de José Di Leo.
El 21 de octubre llegó el punto final del ciclo de Paolo Montero. Duró apenas 112 días, con cuatro triunfos, ocho derrotas y cinco empates, con 15 goles a favor y 23 en contra. Desde ese momento, con varios de los candidatos a reemplazarlo trabajando en otros equipos, la dirigencia buscó navegar en la tormenta y llegar lo más ilesos posible a fin de año.
Mientras se barajaban nombres, Lammens, que seguía siendo el hombre fuerte para las decisiones más significativas de la institución, decidió esperar para designar a Romagnoli como entrenador de la Reserva. Estaba claro: consciente de la situación delicada que atraviesa el club, lo hacía para anticiparse a un escenario que estuvo muy cerca de concretarse: que no hubiera otra alternativa a mano para asumir en Primera.
Así fue que hasta la víspera de Nochebuena, fue el Pipi quien empezaba a probarse el buzo. Lejos habían quedado las charlas con Zubeldía, el principal candidato cuando se fue Montero. Nunca tomó cuerpo la ilusión de contratar a Crespo y enseguida se diluyó la chance de que el Cacique Medina no firmara en Inter de Porto Alegre y dejara abierta la puerta del Ciclón.
Por eso Romagnoli pasó primero a la lista. Y hubo un sondeo para ver si aceptaba la inclusión de Alejandro Kohan, preparador físico que acompañó a Ariel Holan y luego a Hernán Crespo, para fortalecer un cuerpo técnico que debía armarse.
Esa alternativa no contó con el aval del ídolo azulgrana. Y ahí volvió a dar vueltas la calesita, ahora con Troglio como principal alternativa y Julio Falcioni, como un eventual Plan B.
Pedro no puso reparos. Pudo desligarse de Olimpia tras una etapa histórica del club, pretendía volver al país para estar con su familia y llegará al club con su cuerpo técnico consolidado, integrado por Gustavo Reggi (ayudante de campo) y Pablo Martín (preparador físico) De esta manera, se espera que ahora le propongan a Romagnoli ser el DT de la Reserva.
San Lorenzo viene de terminar vigésimo primero en el torneo de 26 equipos. Ganó apenas 7 partidos y perdió 12. Quedó a seis puntos del último de la tabla, Arsenal.
La firma del nuevo técnico solucionará el principal asunto que preocupaba por estas horas. Pero no es el único. El éxodo del plantel por las deudas acarreadas no se detiene.
El delantero Franco Di Santo dejaría la institución en condición de jugador libre, por el dinero impago que lo llevó a una intimación legal en la última semana.
La idea del atacante es irse al exterior para cambiar de aire luego de un año complicado con San Lorenzo, en el que terminó siendo uno de los principales apuntados por los hinchas cuando los resultados no se dieron, aunque en el horizonte aparece una oferta de Racing para seducirlo con otro proyecto.
Uno de los reclamos del delantero pasó porque nunca le abonaron un dinero en su llegada como parte de un porcentaje del pase, además de cinco meses de su contrato.
Otros que intimaron en los últimos días y les cancelaron las deudas fueron Yeison Gordillo y Jalil Elías, este último con futuro en Aldosivi, de Mar del Plata.
Pensando en la búsqueda de refuerzos, vale recordar que para eso primero el club debe resolver la inhibición de Palestino de Chile ante la FIFA por el pase de Paulo Díaz por la que ya abonaron una parte pero aún resta saldar por completo.