La comisión de Transportes de la Cámara de Diputados comenzó a debatir esta semana el proyecto de Alcoholemia Cero para la conducción vehicular, con el objetivo de incrementar la seguridad vial. El diputado José Cano (UCR), presidente de la Comisión, pidió diseñar una agenda de trabajo que incluya a organizaciones de la sociedad civil para participar del debate de la norma. “El tema amerita que podamos tener un esquema con la participación de todos los actores”, dijo. Presente en la reunión, el titular de la Agencia Nacional de Seguridad Vidal, Pablo Martínez Carignano, fundamentó a favor de la norma, exponiendo estadísticas. “En Argentina, los siniestros viales son la primera causa de muerte en menores de 35”, aseveró. Al mismo tiempo, señaló que “hubo alcohol en sangre en 1 de cada 3 personas que ingresan a un hospital después de un siniestro vial”. “El Estado debe bajar un mensaje claro, de disociar el alcohol de la conducción”, manifestó. El titular de la ANSV negó también que la norma impacte en la industria de bebidas alcohólicas, al mencionar el caso de Uruguay, donde no se registraron perjuicios en las ventas a pesar de la norma.Por su parte, el diputado Carlos Selva consideró que “va a haber una exigencia para todos los escalones institucionales de control en el tránsito por ser la mayor consecuencia de muertes en la Argentina”. La normativa en discusión es un proyecto presentado por el exdiputado Facundo Moyano y el diputado Ramiro Gutiérrez (Frente de Todos). La actual ley de Tránsito 24.449 establece, para cualquier tipo de vehículos, una tolerancia de hasta 500 miligramos (0,5) de alcohol por litro de sangre; para motocicletas o ciclomotores, hasta 200 miligramos (02); y para transporte de pasajeros de menores y de carga, alcohol cero. El proyecto en debate prohíbe a los conductores de todo tipo de vehículos circular con cualquier concentración de alcohol en sangre superior a cero. La medida ya funciona en algunas provincias como Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro y Santa Cruz, y también en países de la región, como Brasil, Paraguay y Uruguay.