El Ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, volvió a hablar del tema que hoy por hoy genera cierta polémica: la posibilidad o no en la Argentina de aplicar una posible reducción de la jornada laboral. “No se puede aplaudir ni descartar”, dijo, tomando una posición más neutral y precavida tras la polémica que se armó por el proyecto de ley que impulsa una iniciativa en este sentido.

En ese sentido, indicó que “no vemos que la reducción de la jornada aumente el empleo, lo que hace es aumentar las horas suplementarias”. Además, agregó: “No vemos que matemáticamente la reducción de la jornada, aumente el empleo, y nadie lo implementó de un día para el otro”.

“Es un tema para estudiar con paciencia, y sin apurarse”, señaló.

Moroni se refirió también a la recuperación del empleo en un escenario postpandemia y, en ese sentido, comentó: “Tenemos sectores en los que está creciendo y otros donde no vemos el impacto”.

Al respecto, el funcionario dijo que, por ejemplo, “la industria manufacturera lleva 11 meses consecutivos de crecimiento de empleo”, pero “en otros sectores como gastronomía todavía no creció”.

En diálogo con El Destape Radio, Moroni detalló que “llegamos a perder más de 3 puntos de empleo en pandemia y ahora estamos en 1,6”. y focalizó que “nos está faltando que crezcan los sectores grandes demandantes de empleo como gastronomía y turismo”.

“Este año los salarios vienen ganando 0,8% desde diciembre”, destacó. Además indicó que “hoy el salario real está un poco arriba de los niveles de diciembre de 2019. En este contexto es bueno”.

“Las paritarias han demostrado que son un buen mecanismo para recuperar el salario de forma ordenada”, resaltó. Y del mismo modo detalló que “el año pasado dimos aumentos por decreto porque nos pareció necesario. Hoy nos parece que lo que está en negociación está funcionando bien”.

“Tuvimos una acelerada inflacionaria en el 1er trimestre que nos desacomodó”, reconoció. Y puso en perspectiva que “la tasa de desempleo hoy es de 10,6% y en jóvenes es más de 20 y en mujeres jóvenes más del 30. Tenemos un problema severo”. “No hay duda que el sector jóvenes y mujeres jóvenes son el sector más castigado en materia de empleo”, concluyó Moroni.

Diez días atrás, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, había manifestado que era “imposible” plantear esa reducción en Argentina, bajando el tono a un debate que se instaló en todo el mundo.

“Hay que ser cuidadosos con ese tema porque en los países donde ha habido avances en este sentido son países desarrollados y en general han incorporado un esquema de reducción proporcional del salario, porque estamos hablando de países donde el mercado laboral está muy desarrollado”, dijo el funcionario en su momento en diálogo con Futurock.

En su explicación, Kulfas remarcó que en esos países “los salarios son buenos, entonces hay un planteo de que trabajen un poquito menos para que puedan trabajar todos y al mismo tiempo haya una vida más plácida donde haya más horas para el ocio y el esparcimiento”.

Teniendo en cuenta que esa “no es la realidad que está viviendo” el país, con una crisis de ingresos en la que se pelea para que no estén por debajo de la inflación, “es imposible plantear una reducción de la jornada laboral con reducción del ingreso”.

Cómo fue el experimento que terminó en éxito en Islandia

El debate sobre la reducción de la jornada laboral se dio en varios países del mundo y en algunos de ellos ya se implementaron pruebas. En Islandia, por ejemplo, un experimento con semanas de trabajo de 4 horas diarias terminó con un alza de productividad y una fuerte reducción del estrés.

Según se explicó en la BBC, el experimento fue realizado de 2015 a 2019 y a los trabajadores se les pagó lo mismo por trabajar menos horas. Pero no fue el primer país que probó con esta iniciativa que cada vez más rápido gana peso en distintos lugares del mundo.

España y Nueva Zelanda, también están llevando adelante testeos similares, anteriormente se lo probó en Japón y en Chile recientemente comenzó a debatirse la idea. Un proyecto que de alguna forma ya está instalado en varias empresas y sectores con el concepto del “flex Friday”, que propone un trabajo más distendido en el último día de la semana con tareas distintas o un horario reducido.

En Islandia, de acuerdo al informe del medio británico, el piloto se realizó en el Ayuntamiento de la capital, Reykjavik, y en puestos del gobierno nacional, y contó con la participación de unos 2.500 trabajadores, cerca del 1% de la población activa del país.

El cambio medido en horas redujo las semanas de 40 horas a unas 35 o 36, según indicaron desde el laboratorio de ideas británico Autonomy y de la Asociación Islandesa por una Democracia Sostenible (Alda).

De esta manera los sindicatos debieron negociar nuevos acuerdos de trabajo, y ahora el 86% de la fuerza laboral islandesa se encuentra ante la posibilidad de dar el gran salto hacia una nueva forma de trabajar.

By Matias

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