Estados Unidos estableció otro récord mundial diario de nuevos casos de coronavirus, con más de 184.000 registrados en las últimas 24 horas, un aumento de aproximadamente 31.000 respecto al día anterior, que obliga a varias ciudades a imponer restricciones para frenar los contagios pese a la negativa del presidente Donald Trump de endurecer las medidas a nivel nacional.

El país más golpeado por la pandemia reportó el viernes 184.514 positivos más y otros 1.413 decesos, según el relevamiento que realiza la Universidad Johns Hopkins.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el cierre de bares y restaurantes desde las 22, una medida generalmente bien aceptada en una ciudad donde el desconfinamiento fue muy paulatino y este tipo de establecimientos ya estaban cerrando en su mayor parte antes de media noche.

El alcalde de la ciudad homónima, Bill de Blasio, quien reabrió parcialmente las escuelas públicas a fines de septiembre, pidió a los padres que se “preparen” para su cierre el lunes.

“Tendremos que cerrar todo”, advirtió el viernes Michael Mina, epidemiólogo de Harvard, en declaraciones que reproduce la agencia AFP.

“Y si no cerramos todo o buscamos alguna otra salida, Acción de Gracias conducirá a otra explosión masiva de casos”, añadió sobre la fecha que conmemora el país el 26 de septiembre y que en situaciones normales se festeja con reuniones de familiares y amigos.

En su primera intervención pública desde el anuncio de su derrota el sábado -que sigue negándose a reconocer-, el presidente Trump descartó firmemente la hipótesis de un cierre masivo y nacional.

“Pase lo que pase en el futuro esta administración no impondrá confinamiento”, dijo el mandatario republicano.

En cambio, prometió que la distribución de las primeras dosis de una vacuna a las personas en situación de riesgo es “cuestión de semanas”.

El gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, impuso desde este sábado la obligatoriedad del uso de tapabocas en espacios cerrados y obligó a comercios a que tomen medidas para garantizar el distanciamiento social, en un esfuerzo por mitigar los contagios que están llevando al límite la capacidad hospitalaria del estado.

La orden ejecutiva del gobernador republicano firmada el viernes a la noche se produce después de meses de presión por parte de los profesionales de la salud para exigir que la población se cubra la cara.

Condados en Pensilvania ordenaron el viernes el cierre de escuelas y la obligatoriedad de mantener educación a distancia y la zona que rodea San Francisco se unió a la ciudad en la prohibición a los restaurantes y bares de servir comida en espacios cerrados.

El virus ya dejó más de 244.000 muertos y 10,7 millones de casos en el país más afectado por la pandemia, que enfrenta lo que expertos dicen será un oscuro invierno debido a la gran cantidad de personas que ignora el uso de tapabocas y las restricciones, así como al inicio del frío y a la necesidad de pasar más tiempo en lugares cerrados.

Según proyectó el Instituto de Estadística y Evaluación Médica (IHME) de la Universidad de Washington, Estados Unidos tendrá 438.941 muertos por Covid-19 para el 1 marzo de 2021 con las actuales restricciones, y la cifra podría llegar al nivel de 587.000 para esa fecha si los estados relajan las medidas de distanciamiento social y la recomendación de usar barbijo.

By Matias

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