Oscar Ruggeri fue uno de los símbolos de aquella selección argentina que se consagró campeona del Mundial de México 1986. Desde la defensa, apuntalaba a un equipo que tenía a Diego Armando Maradona como gran figura. Ambos futbolistas construyeron una amistad que se sostiene hasta la actualidad y, en el día del cumpleaños número 60 del Diez, el Cabezón no solo le envió un afectuoso saludo, sino que también contó algunas anécdotas compartidas entre ambos.

Vestido con la camiseta de la Selección que utilizó en la final del Mundial de México, Ruggeri se emocionó cuando en el programa 90 Minutos por ESPN sonó el Himno Nacional, aquel que solía escuchar en la previa de los partidos junto al mismísimo Maradona (o simplemente Armando, como él mismo lo llama) y el resto de sus compañeros.

Feliz cumpleaños, capitán. Pero capitán con todas la letras: como gente como tipo, como compañero. Si había que comer pollo, había que comer pollo, si no había pollo, no había nada, si era ensalada, ensalada, era uno más”, señaló el Cabezón, mientras contemplaba en una pantalla gigante la foto de la formación en la previa del primer partido de aquel glorioso Mundial.

El estrecho vínculo que formaron Maradona y Ruggeri llevó a que el Diez lo convocara para ser uno de sus ayudantes en el cuerpo técnico de la selección argentina de cara al Mundial de Sudáfrica 2010. Según relató el Cabezón, Diego lo llamó para contarle que lo quería en su equipo de trabajo, pero que antes debía tener una reunión con Julio Humberto Grondona, por entonces presidente de la AFA.

El punto de encuentro era la estación de servicio que Don Julio tenía en la localidad de Bernal. Hasta allí fue el Cabezón. “A 200 metros veo gente corriendo, eran tipos de seguridad. Llego y la estación de servicio estaba toda bloqueada de gente de seguridad. Me hacen una seña para meterme en el lugar donde te cambian el aceite. Digo: ‘cagué acá adentro’”, relató el ex futbolista.

Luego, continuó: “Me metieron en un cuartito redondito. Yo estaba sentadito. Pasaban los de seguridad y decían ‘Ahí viene el señor’. No me olvido más, llega con ojos como llorando. ‘Qué daño me hiciste vos’. Es que yo había dicho que el mal del fútbol era Grondona. ‘Vos no entendés que para mí eras como un hijo’. Yo le dije: ‘Y bueno, Julio, si me dejás afuera de todo. Yo soy tu hijo, pero estoy afuera’. Entonces, me dijo: ‘Diego quiere que estés ahí y si Diego dice, yo eso lo respeto. Andate a las cinco de la tarde para la concentración y te metés con él así lo ayudás’”.

Ruggeri tenia todo listo para sumarse al cuerpo técnico de un equipo que estaba a punto de disputar un Mundial y que no solo tenía a Maradona como técnico, sino que tenía a Lionel Messi como gran figura dentro dela cancha. Sin embargo, Grondona le impuso una condición: “Llegás a la concentración y tenés que echar a (Alejandro) Mancuso”.

“Yo le pregunté si me estaba jodiendo. Mancuso era la mano derecha de Diego. Le dije ‘Gracias, Julio’. No fui por códigos. Yo les conté a Diego y a Mancuso para que supieran cuál era la realidad”, reveló Ruggeri, dejando en claro el motivo por el cual no fue parte de a delegación en Sudáfrica 2010, aún cuando el propio Maradona lo había convocado.

By Matias

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