Diego Schwartzman quería ponerle el broche de oro a una semana inolvidable en el Masters 1.000 de Roma con un festejo ante un rival de gran jerarquía, para conseguir tres logros inéditos para su carrera, entre ellos su primer título en esta categoría. Pero no pudo con el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, que le ganó la final por 7-5 y 6-3 y consiguió su quinto título en el Foto Itálico.

El argentino llegaba inspirado, tras dar el batacazo ante Rafael Nadal, número dos del mundo, en cuartos y vencer en las semis al canadiense Denis Shapovalov, en un partido durísimo que duró más de tres horas. Y con tres objetivos bien claros. Además del trofeo, buscaba su primera victoria ante un número uno y sumar los puntos que le permitirían meterse por primera vez en el top 10 del ranking.

Pero se topó con un Djokovic que fue de menor a mayor, supo recuperarse después de un flojo comienzo y terminó haciendo valer su favoritismo para escribir su nombre otra vez en la historia grande del tenis, porque se transformó en el máximo ganador de Masters 1.000 de todos los tiempos

By Matias

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